KUTHUMI COMO EL REY MAGO BALTASAR
De acuerdo al evangelio de Acuario, los tres magos que siguieron la estrella de
Belén se llamaban Hor, Lun y Mer. Hemos explorado el rol de estos tres sacerdotes magos quienes advirtieron al
padre José (San Germain) acerca de la traición del rey Herodes. José
subsecuentemente se fue de Belén con María y el niño Jesús y se dirigió a
Egipto. Estos tres eran parte de la orden de los magos, una secta Zoroastra
dirigida por tres jefes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar. Baltasar era el Maestro Kuthumi, Melchor el Maestro Morya, y Gaspar el Maestro
Dwjal Khul durante esas encarnaciones.
De acuerdo al evangelio de Acuario Melchor, Gaspar y Baltasar no conocieron al hermano mayor Jesús sino hasta que él era ya un adulto de veinticuatro años.Jesús había viajado a la India y Egipto donde pasó varios años aprendiendo los antiguos misterios de la Hermandad y a su regreso a Nazaret paró en Persia. Los otros tres magos, siendo clarividentes, sabían de su arribo y le dieron una calurosa bienvenida y lo invitaron a su hogar donde lo presentaron a Melchor, Gaspar y Baltasar. Cuando los siete se reunieron se sentaron en silencio durante siete días, pues Jesús sabía que todos hacían parte de la Hermandad del Silencio. Jesús les enseñó de una manera tal que ellos supieron que él era el gran maestro ya que les ayudó a resolver muchas contradicciones de la religión zoroastra. Después Jesús desapareció. Unos días más tarde, mientras los seis Magos estaban juntos, Jesús de repente reapareció ante ellos y declaró que ellos fueron los primeros en ser testigos de la transmutación de Jesús en la carne, pues él realmente se encontraba sentado en un jardín muy lejos de la casa.
Esta transmutación fue profetizada para más adelante cuando él aparecería frente a los doce discípulos después de su crucifixión. Así que, como hermanos de la Hermandad del Silencio, los seis magos tuvieron un adelanto de la transmutación de Jesús.
KUTHUMI COMO FRANCISCO DE ASÍS
Francisco de Asís (1182-1226) Muchos siglos más tarde el Maestro Kuthumi reencarnó como el italiano Francisco
de Asís, quien fundó la orden de los hermanos franciscanos de la iglesia
católica. Nacido en Asís, Italia como Francisco Bernardoni, recibió muy poca educación
formal a pesar de que su padre era un rico comerciante de telas. Cuando joven llevó una vida mundana y sin preocupaciones. Después de una
batalla entre Asís y Perugia, Francisco fue hecho prisionero y permaneció en
Perugia por más de un año. Estando en prisión sufrió una enfermedad severa durante la cual se dice que
tuvo una visión la cual habría de alterar su forma de vida. De regreso en Asís en 1205 se dedicó a hacer caridad entre los leprosos y comenzó
a trabajar en la restauración de iglesias destruidas. El cambio de carácter de Francisco y sus gastos para la caridad enfurecieron a
su padre quién lo desheredó legalmente. Francisco entonces cambió sus ricas vestiduras por un manto de obispo y dedicó
los tres años siguientes a cuidar los parias y leprosos en el bosque del monte
Subasio. Francisco de Asís escribió lo siguiente acerca de su misión: “El Señor me dio a
mí, el hermano Francisco, esta forma para comenzar a hacer penitencia porque cuando yo estaba en pecado me parecía muy amargo ver a los leprosos. Y
el Señor mismo me trajo entre ellos y yo hice misericordia con ellos. Saqué de ellos, lo que antes me parecía amargo se transformó en dulzura de
cuerpo y alma para mí y después de esto permanecí un rato y dejé el mundo”. Esta afirmación resume la misión de Kuthumi como Francisco de Asís:
1) que Dios
mismo le “dio” o dijo que hacer y
2) que esto era compartir su vida con los
parias de la sociedad.
Él interpretó el vivir el evangelio de Jesucristo no solo como penitencia,
pobreza y predicación, sino ser testigo firme del evangelio para el mundo. Al comienzo él se alejó del mundo y vivió la vida de un ermitaño. Restauró la
capilla en ruinas de Santa María de los Ángeles. En 1208, un día durante la misa, él escuchó un llamado pidiéndole que se
quitara sus ropas de ermitaño y saliera al mundo y, de acuerdo al texto de
Mateo 10:5-14, que no poseyera cosa alguna, pero que hiciera el bien en todas
partes; una interpretación muy proactiva del evangelio. A su regreso a Asís ese mismo año Francisco comenzó a predicar. Reunió a su
alrededor a doce discípulos quienes se convirtieron en los hermanos originales
de su orden, más adelante llamada la Primera Orden; ellos a su vez eligieron a
Francisco como superior. Todos los que se unieron a la orden tenían que vender sus posesiones y dar el
producto de esto a los pobres. Ellos debían evitar todo contacto con el dinero excepto en el caso de las
limosnas necesarias para cuidar de los hermanos enfermos y de los leprosos. En su solidaridad con los pobres y parias de la sociedad ellos no debían sentir
vergüenza de pedir limosna porque “las limosnas son un legado y el derecho de
los pobres”. Los hermanos eran alentados a vagar por el mundo como ejemplo de paz, pobreza y
humildad: como misioneros entre los no creyentes de la verdad. Para esto él obtuvo del Papa Inocente III la licencia para predicar en todas
partes. En otras palabras, Francisco de Asís fue el precursor del predicador
del evangelio. En 1212 él recibió a una joven monja de noble cuna de Asís, Clara, a la
confraternidad franciscana, y a través de ella se estableció la orden de las
damas pobres (las Clarisas descalzas), más tarde conocida como la segunda orden
franciscana. De 1205 a 1212 la orden evangélica de Francisco demostró ser atractiva para
hombres y mujeres y creció rápidamente. A finales de 1218 Francisco se dirigió hacia Tierra Santa pero un naufragio lo
obligó a regresar. Otras dificultades le impidieron lograr hacer mucho trabajo misionero cuando
fue a España con el fin de predicarle a los Moros. En 1219 él estuvo en Egipto, donde tuvo éxito predicándole al sultán pero no
logró convertirlo. Francisco se dirigió entonces a la Tierra Santa y permaneció
allí hasta 1220. Él deseaba ser martirizado y se regocijó al escuchar que cinco frailes
franciscanos habían sido asesinados en Marruecos mientras cumplían sus
obligaciones
A su regreso a casa encontró discordia en los rangos de los frailes por lo que
renunció como superior y dedicó los pocos años siguientes a planear lo que se
convirtió en la tercera orden de franciscanos, los terciarios. En septiembre de 1224, tras de un ayuno de cuarenta días, Francisco se
encontraba rezando en el monte Alverno cuando sintió dolor mezclado con alegría,
y las marcas de la crucifixión de Cristo, la estigmata, aparecieron en su
cuerpo. Los recuentos acerca de la aparición de estas marcas varían, pero parece
probable que fueran protuberancias nudosas de la piel, parecidas a las cabezas
de las puntillas. Francisco fue llevado de regreso a Asís, donde sus años siguientes estuvieron
marcados por el dolor y la casi total ceguera. Sabiendo que la muerte estaba cerca, antes de organizar una última cena” para
sus hermanos, hizo que lo acostaran desnudo sobre la tierra desnuda. Francisco
murió en la mañana del 4 de octubre de 1226. Fue canonizado en 1228. En 1980, el Papa Juan Pablo II lo proclamó santo patrón
de los ecologistas. En el arte, los emblemas de San Francisco son, el lobo, el pez, los pájaros, y
la estigmata. ¿Mostró Francisco de Asís algunas de las señales de un místico? El estudio de
sus escritos no lo indica así. Por el contrario, su vida siguió una casi que literal imitación de la vida de
Jesús según se describe en las escrituras tradicionales y materiales
litúrgicos. Fue una vida de devoción absoluta.
KUTHUMI COMO EL EMPERADOR SHAH JAHAN
En su encarnación como Shah Jahan, veremos como
el balance kármico creo un carácter enteramente diferente. El Maestro Kuthumi como el Emperador Shah Jahan (1628-1658) El imperio Mughal fue fundado en1526 y es famoso porque se extiende a través de
la mayor parte del subcontinente indio. Bajo la dirección de sus mandatarios llegó a alturas sin precedentes en el
campo de la música, el arte, la literatura, y especialmente la arquitectura. El Imperio Mughal nació cuando Babur, con el uso de artillería superior,
derrotó al mucho más grande ejército de los Lodis en Panipat, cerca de Delhi. El reino de Babur se extendía desde más allá de Afganistán hasta la región de
Bengala a lo largo de la planicie del río Ganges. Su hijo Humayun, sin embargo, perdió el reino a Sher Khan Sur, con base en
Bihar, y huyó a Persia (ahora Irán). Luego, Humayun volvió a capturar a Delhi
en 1555, poco antes de su muerte. El hijo de Humayun, Akbar (“grande”), cuyo nombre refleja en lo que estaba a
punto de convertirse, extendió el imperio Mughal hasta cubrir el subcontinente
desde Afganistán hasta la bahía de Bengala y desde los Himalayas hasta el río
Godavari. Los Mughals movían sus capitales con frecuencia: dondequiera que acampaban se
convertía en capital. Construían ciudades y ciudadelas dentro de esas ciudades que eran como
campamentos del ejército. Los nobles vivían en tiendas con alfombras ricamente coloridas en el piso, y
únicamente los salones para audiencias, las residencias reales y las mezquitas
eran construidos en piedra. En el curso de la dinastía, las ciudadelas crecieron en Lahore, dentro y
alrededor de Agra, en la arquitectónicamente espectacular ciudad de Fatehpur
Sikri, y cerca de la ciudad de Shahjahanabad (“ciudad de Shah Jahan”) para dar
al imperio reputación por su esplendor arquitectónico. Aunque analfabeta, Akbar igualó el aprendizaje de su padre y abuelo con cortes
enriquecidas por las letras y el arte Persa. Trajo bajo su control a los reyes hindúes Rajput, quienes gobernaban justo al
sur y al oeste de Agra, al derrotarlos en batalla, extendiendo la tolerancia
religiosa, y ofreciéndoles alianzas cimentadas por el matrimonio. Akbar se casó
con dos princesas Rajput, incluida la madre de su hijo y sucesor, Jahangir.
En 1628 el Maestro Kuthumi encarnó como el tercer hijo de Jahangir en Lahore
(ahora en Pakistán).
Como joven príncipe comandó el ejército de su padre, dirigiendo muchas
campañas, pero en 1623, impulsado por las intrigas de la consorte imperial, él
se rebeló. A la muerte de su padre en 1627, se precipitó a Agra a reclamar el trono,
asesinó a todos sus rivales potenciales, y al año siguiente se apoderó del
trono. La mayor parte de los treinta años de reinado de Shah Jahan fueron consumidos
en campañas militares en el Deccan, al que nunca logró subyugar totalmente. Pero sobre todo esto, su reino se distinguió por el esplendor arquitectónico
del Taj Mahal y la mezquita de Perlas en Agra, y por la construcción de Delhi,
la cual hizo su capital. Bajo el reinado de Akbar, los Mughals habían creado un sistema de ingresos
eficiente a través del cobro de impuestos sobre las tierras agrícolas. Una burocracia eficiente de recolectores de impuestos mantenía llenos los
cofres del gobernante. Sin embargo, el sistema estuvo bajo tensión con la costosa e infructuosa
campaña de Shah Jahan para capturar Samarcanda, la antigua tierra natal de los
Mughals, en 1646, y con los igualmente costosos esfuerzos de su hijo Aurangzeb
de extender el imperio hacia el sur. Shah Jahan fue destituido por su hijo Aurangzeb en 1658 y pasó el resto de su
vida en prisión. Bajo el reinado de su hijo el imperio finalmente sucumbió a
las incursiones y campañas militares de los británicos a comienzos de los 1700. Como Musulmán practicante Shah Jahan, al igual que su abuelo Akbar, trajo a su
corte partidarios de varias sectas del Islam, al igual que sacerdotes de otras
religiones, incluidos los cristianos, para escucharlos presentar sus creencias. Los visitantes europeos a la corte Mughal se hicieron más frecuentes durante el
reinado de Shah Jahan y les fue permitido establecer puestos de comercio en la
periferia del imperio y aún más allá, pero nunca fueron influyentes en la
corte. Puede parecer un poco chocante para el lector comparar las encarnaciones
previas del Maestro Kuthumi con la de Shah Jahan.
KUTHUMI COMO KOOT HOOMI LAL SINGH
¿Qué podría ser más opuesto en carácter que aquel sacerdote mendicante
Francisco de Asís? ¿Fue acaso esta encarnación un medio de ajustar el balance
kármico de los extremos de la devoción cristiana de Francisco? Quizás. Pero cuando miramos la encarnación del Maestro como Koot Hoomi Lal Singh, su
última antes de ascender, vemos como todas las vidas previas se unieron en la
lucha por difundir el movimiento teosófico a través del subcontinente Indio,
Europa y América a finales del siglo diecinueve.
Mahatma Koot Hoomi Lal Singh – 1800’s
Durante el último cuarto del siglo diecinueve los Maestros Kuthumi y Morya
trabajaron juntos con Helena P. Blavatasky y Henry Steele Olcott para formar la
Sociedad Teosófica. Durante los primeros años anteriores a la fundación formal de la sociedad en
Nueva York, el Maestro Morya junto con otros devas y elementales precipitaban
información a madam Blavatsky y al coronel Olcott para que ellos escribieran
Isis Develada, libro que revelaba la existencia de un gobierno mundial interno
bajo el escudo de la Gran Hermandad de la Luz y una sabiduría profundamente
enterrada en los antiguos misterios que unían a todos los movimientos
religiosos del mundo. Cuando la Gran Hermandad de la Luz ordenó a Blavatsky y a Olcott que fueran a
la India, el Mahatma Koot Hoomi o Kuthumi comenzó a representar un rol mucho
más activo en ayudar a los dos fundadores a establecer la Sociedad Teosófica en
Adyar, India. El Maestro Kuthumi con frecuencia se materializaba frente a los fundadores, les
daba instrucciones, y desaparecía. A veces les enviaba a su discípulo Djwal Khul para que les llevara algún
mensaje y les diera instrucción. Durante la lucha para establecer la Sociedad Teosófica en Bombay y luego en
Adyar, los fundadores fueron atacados por todos los flancos, sin embargo los
Mahatmas solo podían advertirles acerca de las olas de disidencia, las
sanguinarias batallas, y las traiciones que estaban por venir, pues, bajo las
leyes cósmicas, ellos tenían que hacerse a un lado y permitir que los
fundadores libraran la batalla.
Durante este tiempo los dos Mahatmas, con la intervención inicial de Blavatsky,
precipitaron una serie de cartas al editor de un periódico británico llamado
A.P. Sinnett, y a A.O.
Hume, un amigo y compatriota del servicio civil Británico, ambos residentes en
Simla, la capital de verano británica en la India.
Un movido intercambio de cartas precipitadas entre los partidos tuvo lugar en
la dimensión etérica.
Estas caían del techo, aparecían de la nada sobre un escritorio, o las traía
algún mensajero. Es en esta serie de cartas que posteriormente fueron conocidas como las cartas
del Mahatma que uno se da cuenta, aún hoy en día, de la clara y casi cortante
lógica e intelecto del Maestro Kuthumi en sus tratados sobre temas que varían
desde lo filosófico hasta lo mundano, como las necesidades diarias de la
administración de la naciente sociedad. Sin embargo tal razonamiento y lógica pura no penetraron el intelecto pues él
tenía que combatir el tan arraigado sentido de superioridad racial entre la
educada elite colonial británica. El Maestro argumentó y explicó a estos individuos de mente concreta y aun así
lógica la teoría evolutiva del mundo, los cálculos matemáticos que la prueban,
y los grandes movimientos de las ‘yugas’ o edades. Sin embargo, después de varios intercambios, ninguno de ellos se convertiría en
iniciado de los Maestros ya que ellos nunca pudieron superar del todo su sesgo
racial de que una persona de piel morena pudiese ser de inteligencia superior
que ellos. Aun así el Maestro Kuthumi nunca, ni por un segundo, se echó para atrás en su
posición de combatir el estrecho intelectualismo de este tipo de gente, argumentando
firmemente y con la más pura intención y lógica.
La esperanza de la Gran Hermandad de la Luz fue que una clase de gente tan
educada y culta como esta sería capaz de llevar el mensaje de la teosofía
alrededor del mundo como un respetado movimiento de pensamiento.
ASCENCIÓN
El Maestro Kuthumi ascendió en la última parte del siglo diecinueve pero
continuó guiando y entrenando a la segunda generación de líderes teosóficos, es
decir a la Sra. Annie Bassant y a Charles W. Leadbeater, comunicando a través
de ellos obras iluminadas acerca de la Gran Hermandad de la Luz y El Camino que
los discípulos alrededor del mundo podrían seguir para ayudar a promover el
importante trabajo de la Hermandad.
En Inglaterra él también se apareció a Alicia A. Bailey cuando ella era una
niña para identificársele.
Más adelante dio instrucciones a su antiguo discípulo, ahora el Maestro
tibetano Dwjal Khul, para que se hiciera cargo de dar forma a la
exteriorización de enseñanzas adicionales al mundo a través de ella. Para 1949 la Sra. Bailey ya había comunicado veinticuatro volúmenes de
enseñanzas del Maestro tibetano, enseñanzas cuya relevancia aceptan los
iniciados de hoy día.
Se dice que en años recientes (tiempo de la tierra) el Señor Maitreya, quien
ocupaba la función del Cristo, dejó vacante su posición como Maestro del Mundo
haciendo camino para que el Maestro Kuthumi asuma esta posición.
A través de este corto repaso de las vidas anteriores del maestro Kuthumi
podemos estar seguros de que el siguiente Maestro del Mundo conocerá
íntimamente las aflicciones y tribulaciones de la vida en la tierra, sin
embargo, él espera el momento apropiado para aparecer, todavía no sabemos de qué
forma, para impartir las enseñanzas de la nueva era.
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