Amadísimo Gabriel, arcángel de la pureza y de la resurección, te amo y te bendigo y te doy gracias por lo que tu significas para mí y para todos los niños y juventud de esta Tierra. carga estos mis decretos con tu presión cósmica de amor:
¡Yo soy la resurrección y la vida!
¡Yo soy la resurrección y la vida!
¡Yo soy la resurrección y la vida!
¡Te doy las gracias, en nombre de todos!
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